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miércoles, 27 de julio de 2022

Corrida anímica (#Lecturas 5)

Buscando salir de los mandatos de generaciones anteriores y en todo caso poder elegir, nuestra generación terminó entrando en otro. Desarmó la exigencia de maternidad, pareja para toda la vida, superación económica y trabajo estable para terminar armando el mandato de ser feliz. Hay, como dice Emiliano Exposto, un “régimen de bienestar obligatorio”. Un imperativo que, siento, instrumentaliza el deseo de vida o deseo-fuerza, como lo llama Amador Fernández Savater, y lo reduce a deseo de algo. Por ejemplo, el deseo de una representación de nosotros mismos en tanto deseantes (personas que persiguen sueños, encuentran vocaciones vitales, se dedican a lo que les gusta) como medio para producir valor subjetivo y sobrevivir en un cada vez más despiadado y competitivo mercado del ánimo.

Buena parte de mi biografía adulta estuvo organizada alrededor de esa trampa. No fue una buena idea, concluyo ahora que cumplí cuarenta. Este año, mientras, habiendo sido expulsado por una doble crisis (sexoafectiva y de acceso a la vivienda) hacia el afuera de los barrios en los que vive la gente interesante de la ciudad, al develarme falto de convicción para aceptar al mercado de la seducción virtual tanto como al inmobiliario, por fin me deprimí, es decir, quebré ante “la fatiga de ser uno mismo” de la que habla Ehrenberg. En eso llega el invierno y me encuentro con Las máquinas psíquicas. Crisis, revueltas y fascismo.

martes, 29 de marzo de 2022

Contra la burocracia existencial (#Lecturas 4)

 

¿Qué tienen en común una reunión de cátedra, la jornada institucional de un colegio, un congreso académico, el plenario de una agrupación o la juntada de un grupo de amigues a quienes no los une la reflexión sobre un hacer compartido sino el pasado? El reforzamiento asfixiante de los lugares en los que cada uno ya estaba. Una inercia aplastante hacia la repetición. Ahí no se va a pensar nada. Las posiciones quedan fijas de antemano. Las decisiones están tomadas. Sin importar mucho las prácticas (puede ser dar clases, coordinar talleres, escribir o investigar), las instituciones y sus agentes parecieran tender cada vez un poco más hacia su propia reproducción. Y así nos vamos burocratizando. El objetivo de la reunión es que se haga la reunión.