jueves, 9 de mayo de 2019

Diario de escritura, ciudad, generación y trabajo (IV)


El hombre, tenso, se mide con la casa nueva. Son dos animales, el hombre y la casa nueva, que se estudian los movimientos. Si como suele decirse, una ciudad es un tejido de relatos, entonces podría afirmarse que a uno se le cambia el narrador cuando se muda de barrio. Narrada ahora desde el sur, lejos quedan mis viejos corredores de vitalidad. Corredores no son necesariamente las zonas por las que viviste sino aquellas por las que nunca te cansarías de andar. Ángel Gallardo-Parque Centenario-Warnes; Santa Fe-Scalabrini Ortiz-Corrientes-Medrano-Rivadavia... La ciudad pasa a tener otros límites y en la trama cambian los personajes. Al principio no te hallas y eso asusta. Pero no hay problema. Es que el cableado grueso del cerebro se salió del carril habitual y está creando otros surcos, actualizando los rieles, un supermercado chino nuevo, nuevos hábitos.