¿Qué es la auto-investigación a través de la escritura? ¿En qué sentido la introspección corporal puede ayudarnos a encontrar sobre qué escribir? ¿Por qué hacer una tesis es un bajón? ¿Hay escrituras mediáticas, de rendimiento y de auto-conocimiento? ¿Cómo se explica que un docente no pueda percibirse como autor? ¿Por qué en un profesorado de geografía no ver comedia, humor gráfico o leer literatura? ¿Qué sería una risa política hoy? ¿Por dónde pasaría una crítica de la mediatización? Algunas preguntas con las que me fui encontrando para hacer ensayos mientras iba consiguiendo trabajos como capacitador, formador a distancia, tutor, tallerista literario, guionista de chistes, comunicólogo y profesor... (Disponible en www.juansodo.com)
ficción cultural; ensayo práctico; guionismo humorístico; lecturalia; monólogo teatral; cosas que son muy largas o muy oscuras para las redes; texto en avance; todo salvo las publicaciones académicas; todo salvo las pastillitas rándom; todo salvo la narrativa zen y no hay lugar al que llegar; archivo 2012-2024 online
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miércoles, 4 de agosto de 2021
jueves, 6 de agosto de 2020
Sobre la escritura, la vida y el rendimiento en las instituciones educativas
1. Escribir
es cumplir. Eso es así. En los últimos años trabajé con docentes de secundario,
estudiantes de posgrado e ingresantes universitarios y leyéndolos pude ir
encontrando dos o tres problemas sobre los que podríamos inventar un espacio.
Pero todo lo que se diga ha de ser dicho teniendo en cuenta esto: que la
escritura en las instituciones educativas está asociada a tarea, proyecto,
evaluación, examen, acta, prueba, entrega… Una práctica que queda siempre vinculada
a algo más formal-administrativo que investigativo-personal.
2. Imagino
a veces a mis cursantes como participantes de unas redes de contrabando. Los
visualizo arriesgando su integridad al meterse en los precarios pasillos del
spam virtual a buscar resúmenes de dudosa procedencia y mala calidad. No se
trata de ponerse legalista ni moral, ya veremos que no. Sólo quiero contar,
para empezar, algo que probé en un curso. Un razonamiento que tuve cuando
entendí que el examen escrito presencial tradicional lo único que en el fondo
logra, más allá de las buenas intenciones, es alimentar el mercado negro del
pastiche y fomentar el tráfico de síntesis de segunda mano.
lunes, 19 de febrero de 2018
Notas sobre la angustia del tesista
1. Hacer una tesis es un bajón.
Hay que asumirlo como premisa. Frases acongojadas como “me quedó colgada la
tesis” o “tengo que terminar la tesis” se escuchan y verifican por igual en las
carreras humanísticas, grado o posgrado, en sus distintos niveles. Siempre.
2. A los objetos de investigación
se puede llegar por tres vías: por criterios estratégicos de vacancia teórica,
por criterios fácticos de familiaridad
o por pregunta-problema. Pero si
esta última fuese la manera, ¿cualquier pregunta es una pregunta-problema? Y en
caso de que no, ¿cómo hace uno para darse cuenta?
3. Un testeo posible: si la
pregunta no presupone su respuesta (paradigma Tití Fernández); si no se
confunde con duda operativa (paradigma Tutorial); si no se reduce a pregunta
retórica de periodismo ciudadano (“yo me pregunto…”); si no plantea supuestos
falsos como punto de partida y si, además de estos cuatro indicadores, toca en
algún punto algo del universo emocional deseante propio de quien se la formula,
entonces es muy probable que estemos ante una buena pregunta-problema.
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