1. El humor televisivo hegemónico de los noventa era la burla. Nos reíamos del otro y esa otredad tenía
dos grandes vectores. El otro era el ciudadano común al que sorprendíamos
filmado en cámara oculta, jodita cómplice, broma telefónica o blooper (línea
Video Match); o era el político profesional denostado por el ciudadano común a
través de sus representantes fiscalizadores mediáticos (línea CQC). La legitimidad
del humor de esta segunda vertiente estaba dada por el ambiente anti-corrupción
de la fiesta menemista. La parodia Gran cuñado, confluencia entre la línea
Pergolini y la línea Tinelli, sintonizaría unos años más tarde con el “que se
vayan todos” delarruista, climax de la mal llamada anti-política.
ficción cultural; ensayo práctico; guionismo humorístico; lecturalia; monólogo teatral; cosas que son muy largas o muy oscuras para las redes; texto en avance; todo salvo las publicaciones académicas; todo salvo las pastillitas rándom; todo salvo la narrativa zen y no hay lugar al que llegar; archivo 2012-2024 online
Mostrando entradas con la etiqueta revistahumo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta revistahumo. Mostrar todas las entradas
viernes, 11 de octubre de 2019
Sobre el humor político (o breve historia de la risa)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)