Pese al incremento de feriados y fines de
semana XL generosamente distribuidos a lo largo de las cuatro estaciones del
año, las vacaciones propiamente dichas, las vacaciones posta, siguen y seguirán
siendo para el grueso compatriota las de verano e invierno. Sobre todo las de
verano, por más vueltas y promociones de temporada baja que al asunto queramos
buscarle. Eso en cuanto al calendario de las vacaciones. Ahora bien, ¿qué hay
de su objeto?, ¿vacaciones respecto de qué?, ¿de qué son vacaciones las vacaciones?
ficción cultural; ensayo práctico; guionismo humorístico; lecturalia; monólogo teatral; cosas que son muy largas o muy oscuras para las redes; texto en avance; todo salvo las publicaciones académicas; todo salvo las pastillitas rándom; todo salvo la narrativa zen y no hay lugar al que llegar; archivo 2012-2024 online
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viernes, 1 de marzo de 2013
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Los años
Este año fue
una porquería igual que todos los anteriores, salvo 1990 y 2008 que estuvieron
buenos. 2008 fue un año
de intenso activismo político. Con los compañeros de un grupo en el que
participaba casi hacemos la revolución pero a último momento no supimos decidir
cómo ir vestidos.
Una de las
industrias que más creció en 2012 fue la funeraria. Cualquier sala brinda hoy servicios de primer
nivel: aire acondicionado, catering, sillones de diseño, ataúdes
personalizados, sistema de promociones y descuentos. El confort necesario para
que todos tengan una agradable velada. Empezando por el muerto.
La otra
industria con mayor crecimiento fue la del rubro almohadas. Tal ha sido su diversificación y desarrollo que
logró expandirse a un segmento de mercado siempre proclive a los problemas para
dormir y sus consecuentes malestares cervicales: el de las jirafas.
sábado, 11 de agosto de 2012
Corriendo para pensar (#Columna del Doctor 2)
Hace unos años decidí hacer caso a las recomendaciones de mi alergista.
Compré antiparras, una gorra, una de esas mallas tipo bóxer y empecé natación. A los dos meses de iniciado, después de semanas enteras en las que la
relación con el agua se había visto básicamente limitada a número de piletas,
minutos de descanso y cantidad de brazadas, y a excepción de un día en el que
-gente grande ya- cual delfines nos hicieron pasar por unos aros subacuáticos,
una tarde el profe a cargo de la clase se arrimó y, con esa mezcla de
diplomacia y cinismo de quien ya sabe la respuesta, me preguntó si de chico yo
había hecho deporte.
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