sábado, 10 de noviembre de 2018

Diez tesis sobre el Diez

1. Maradona suele ser mayormente hablado desde dos lugares: el tilingo-moralizante y el progresista-nostálgico. Si escuchar las voces representativas del primero genera enojo, la melancolía solemne del segundo deja un regusto a tristeza. Mientras las tías culturales se escandalizan por cómo, con sus modales de mal educado, nos hace quedar a los argentinos en el exterior, los poetas rioplatenses quieren hacerle decir a Diego todo el tiempo cosas contra la avanzada del neoliberalismo en nuestro continente. Ambas posiciones lo mediatizan. Y al postular una versión separada de sus potencias inmediatas, invisibilizan lo más interesante que genera el Diez: la alegría de verlo, la emoción y el placer estético que producen sus movimientos. 

2. Hacer elogio del cuerpo maradoneano implica, para empezar, una segunda tesis: hay, en él, inseparabilidad entre vida y juego. No se trata del latiguillo “se juega como se vive”, aunque en realidad un poco sí. El derroche, la insolencia y la indocilidad de adentro de la cancha son exactamente las mismas que las de afuera. “Me gusta como jugador, no como persona”. La frase queda sin efecto. El ciudadano, el profesional de carrera o el militante orgánico viven en un mundo de acumulaciones y cálculos: miden sus palabras, guardan las formas, se preparan, tienen paciencia, buscan el consenso, se cuidan, se perfeccionan, piensan en el mañana, ahorran. La lógica de Diego no es la del empleado. En ese sentido, no es Tevez. Tampoco la del jefe. Y en ese punto, no es Passarella. Menos aún encarna a Dios y su moral divina. Nada de morales. Lo suyo es mucho más noble, es la ética del artista. Alguien que, como dice Gustavo Varela, traza su existencia sin mediaciones, sólo en el presente. Malestar y obra, necesidad e invención, cancha y mundo las mismas cosas. Por eso la vista de Aleph en el final de 10.6 segundos, el cuento de Casciari sobre el segundo gol a los ingleses. Y por eso, también, la memoria futbolera que tiene.

3. Definición de reactivo: que produce reacción; sustancia que se emplea en química para reconocer la naturaleza de ciertos cuerpos por medio de la acción que produce sobre ellos. Esta es una hipótesis de Rubén Mira. Maradona funciona como reactivo: ahí donde lo pones, enseguida hace saltar a los que son de derecha. 

4. Moribundo vital, doñatotesco en estado, inflado de líquido esbelto: Diego Armando tiene tantas vidas como mutaciones experimenta su cuerpo. Menemista y guevarista, tira tiros en Moreno y conductor de La noche del Diez, de estar con Tinelli a frenar el ALCA, reventado en Puntal del Este y rescatado en Cuba con Fidel. Abuelo, padre, esposo, amante, híper-acelerado, empastillado, presidente de un club, DT: es como si tuviera todos los posibles plegados en el cuerpo y los fuera actualizando, escribió alguna vez Ignacio Gago. A veces en sutil resonancia con la época, otras más a contramano. Lo popular, en todo caso, como un eje transversal, la superficie sensible en donde se despliegan cada una de las vidas. Tesis número cuatro entonces: como diría un compañero, Maradona es un animal olfativo-intuitivo-cartográfico. Así como tiene el mapa de la jugada tatuada en la piel y sabe dónde está Valdano, tiene también la astucia para ubicar en cada momento dónde está lo popular: el patria-grandismo en los dosmil, ahora el anti-macrismo cristinista, la fiesta del consumo triste en los años noventa.

5. Inseparabilidad entre juego y lenguaje. Esta es una tesis de Agustín Valle. La genialidad del Diego es cinético-lingüística. Es alguien que entiende muy bien todos los lenguajes. Corporales, objetuales, verbales, musicales, los lenguajes del canto, lo del baile y la TV. Los lenguajes dramatúrgicos también, como se pudo observar en la Diego Cam de Sinaloa y se pudo notar en sus idas a la cancha en el Mundial de Rusia. Nadie lo hace mejor. Se sabe enfocado y sabe lo que hay que hacer.  Hipótesis que discute la reducción a pura actividad física de un jugador de fútbol. 

6. Maradona es un clásico. Los clásicos producen una relectura del pasado y establecen como va a ser leído el futuro. Ese es el problema de Messi. El problema de Messi es que, tanto para lo deportivo como para lo extra deportivo, sigue siendo leído maradoneanamente.

7. Liderazgo, invención y transgresión. He ahí los elementos del Paradigma Maradona. En términos de diferencia; así procesa la genialidad nuestra sensibilidad estética. En términos de ruptura. El crack es crack porque que viene a romper con algo. Es el distinto. El diferente. Auto-superación, estabilidad y perfección por repetición serían los elementos de un Paradigma Messi. No hay goles iguales de Diego, ni de Ibrahimovich ni de Román Riquelme. Hay goles iguales de Robben, de Cristiano Ronaldo y de Messi. Son los genios de lo predecible. Son tan perfectos que no tienen necesidad de inventar nada. Les alcanza con seguir haciendo lo que los defensores ya saben que van a hacer. Las mismas apiladas. Una inquietud: si el transgresor nos conmovía, el genio de la repetición ¿qué registro de emociones nos despierta? 

8. Hipótesis de Ezequiel Gatto. Maradona no ocupa el lugar del ideal: es el ideal. No hizo contra Inglaterra el gol que siempre soñamos hacer. Empezamos a soñar ese gol y a practicarlo en el living de nuestros departamentos partir de que lo hizo él.

9. “Cuando sea grande quiero jugar en la selección y ganar un mundial”. Uno puede transcurrir su existencia tratando de encontrar qué quiere hacer. Y en caso de que lo encuentre, se abre un segundo problema: llegar a realizarlo. El Pelusa tenía diez años cuando le dijo esto a una cámara, mientras hacía jueguito en un potrero de Villa Fiorito. A los veintiséis ya lo había logrado. No debe ser fácil llevar, hoy a los sesenta, más de la mitad de una vida viviendo en pasado. Tampoco debe ser fácil anesteciarse para tener que sostener. Hay fisuras. Hay signos tempranos, napolitanos, de una angustia que en el documental de Kapadia está muy bien captada. 

10. Palabras finales de Varela otra vez, en De pies a cabeza, compilación de ensayos de fútbol que salió hace unos años por Interzona: en el arte no hay sanción, dice, porque la vida y la obra son la misma cosa. "En los pies del Diego van dos kilos de ubre y el Luigi Bosca con Seven up y el camión en Barrio Parque y cada una de sus palabras inconvenientes y todas sus internaciones. No dolor de víctima, sino de insomne, de ojos abiertos porque la vida se presenta sin puentes, de desesperación existencial, de ansiedad infinita porque el instante es enorme. Un hacedor de belleza, de pintura cinética, de música tonal cuando él mismo era la tónica". Feliz cumpleaños y pronta recuperación para Diego Armando Maradona.

 

* Revisión de Notas leídas en las Primeras Jornadas Maradona, organizadas por el IDAES, en la Universidad Nacional San Martin, los días 29 y 30 de octubre de 2018.