Uno de los Doce Apóstoles de Sierra Chica
se hizo evangelista, tiene una enfermedad terminal y quiere irse sin
remordimientos de esta vida. Hace entonces algunos contactos y pacta con un
importante medio una nota en exclusiva. Le van a mandar un periodista a la
cárcel. Lo que el Apóstol no tiene manera de saber, claro, es que le va a
terminar tocando en suerte uno formado con el “método Vignolo” de comunicador
protagonista.
(En la
sala de visitas, a solas, se enciende el grabador)
APOSTOL: Bueno, estaba necesitando tener la oportunidad de hablar…
PERIODISTA: Y yo creo muy necesario
difundir su testimonio
A: tener la oportunidad de decir algunas
cosas…
P: difundirlo, pero no tanto por mí como
por la gente
A: de expresarme tranquilo, ser escuchado
sin ser juzgado…
P: porque en definitiva yo no soy más que
un vehículo entre los protagonistas y la gente. Qué lindo, qué lindo es volver
a verte gente
A: quisiera que mi verdad sea la de esta
nota, no la del tribunal…
P: la gente como usted, como yo, como
cualquiera que se levanta todos los días y sale a trabajar. Créame que soy un
tipo como cualquier otro, con la diferencia de que el destino me puso hoy acá
con un micrófono
A: del destino. Del destino de algunas
personas que pasaron por acá adentro precisamente quería hablar…
P: esta suerte del destino que me trajo
hasta acá y me pone ante tamaña responsabilidad, qué lindo, qué lindo es volver
a verte responsabilidad
A: contar lo que hicimos en el motín del
noventa y seis, que se sepa la verdad, ya va siendo hora, por respeto a las
familias y a los seres queridos de esas personas…
P: la responsabilidad de estar en el lugar
de los hechos y de llegar a cada uno de sus hogares
A: (…)
P: hogares de los cuales usted en su casa
nos abre las puertas para permitirnos entrar día a día
A: (…)
P: tratando de ser lo más diversos posibles
en la pluralidad de voces, de hacerle llegar todas las campanas, las distintas
versiones
A (…)
P: y su versión de los hechos, señor
Apostol, es una de las menos escuchadas, por eso la necesidad de difundir su
testimonio, y el valor periodístico que tiene esta nota, qué lindo, qué lindo
es volver a verte nota
A: Por eso justamente le repito lo que
acabo de decir: contar lo que hicimos en el motín del noventa y seis, que se
sepa la verdad, ya va siendo hora, por respeto a las familias y a los seres
queridos de esas personas…
P: valor periodístico para la gente, que a
través de este humilde servidor, de este agradecido a la profesión, va a tener
la oportunidad de conocer su palabra
A: (…)
P: pero también entiendo su situación, todo
lo que se juega, silencios guardados durante tanto tiempo
A: (?)
PE: créame que lo entiendo, me pongo en su
lugar y no debe ser fácil hablar
AP: (?)
P: para nada fácil, créame
A: (…)
P: hablar ante este laburante como todos,
con sus virtudes, con sus errores
A: (…)
P: créame que es totalmente comprensible,
mi amigo, no tiene nada que reprocharse
A: (…)
P: no tiene nada, pero absolutamente nada
que reprocharse si ahora prefiere no hablar…
(Resignado
a que el periodista vaya a seguir hablando solo, impotente ya, el Apostol de
Sierra Chica saca un revolver y se pega un tiro en la garganta)