Tati Parodi,
periodista de campo de juego, entrevistando al Bofe Alustiaga en el ingreso al
túnel, ni bien finalizado el partido que su equipo acaba de ganar uno a cero:
—
Bofe, ganaron…
—
Sí, la verdad que el gol llegó en el momento justo, cuando por ahí no nos
estaban saliendo bien las cosas. Después creo que fuimos inteligentes y supimos
manejar el partido…
Mismo periodista y
mismo jugador, al momento en que el plantel se está retirando del vestuario:
—
Bofe, te duchaste…
—
Sí, bueno, la verdad que uno siempre lo hace después de un partido como
el de hoy, donde creo que cerramos bien los espacios y tuvimos mucho volumen de
juego…
Mismos protagonistas,
cuando Alustiaga, ahora a bordo de su nuevo auto, está por atravesar el portón
de salida del estadio:
—
Bofe, pones primera, volves a casa, a descansar y ya pensar en lo que
viene…
—
Sí, bueno, la verdad es que nos quedan catorce finales y hay que seguir
trabajando en la semana. Pero jugando así creo que vamos por el buen camino…
Momentos más tarde, el
que va de camino a su casa es Tati Parodi. En la puerta del edificio se lo
cruza al portero, que se está yendo:
—
Eusebio, abrís la puerta, te vas…
—
Sí, por suerte fue un día duro, sabía que iba a ser así, pero bueno,
hice lo que tenía que hacer, dejé todo y ahora a recuperarse bien y ya pensar
en el próximo edificio…
Al entrar al
departamento, Parodi saluda a su mujer y va hacia la cocina. La escucha, mientras
busca un vaso limpio en la alacena y abre la heladera
— Tati, llegas, saludas, te
servís Coca…